04 Jun Tu casa. Tu historia
Tu casa. Tu historia. Cuando era pequeña y me iba los fines de semana a casa de mis abuelos, sentía que entraba en otro mundo. Nada más llegar, junto a la puerta del salón, me recibía el tocadiscos. Tan importante para las tardes de mi abuelo en las que disfrutaba escuchando a Los Panchos, Julio Iglesias o cualquier otro que se le antojara ese día.
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A mano derecha su despacho, cómo no. Apasionado de la lectura y amante de los libros, tenía una enorme librería que ocupaba toda la pared, donde las obras escritas se amontonaban. Y aun con la gran dimensión del mueble, seguía faltando espacio.
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Entrabas a la cocina y lo primero que veías era la zona de delantales. A mi abuela le encantaban, era casi coleccionista. Y en el salón guardaba en un rincón apartado su butaca donde, mientras escuchaba música con mi abuelo, se sentaba simplemente para descansar o pensar un poco en la vida…
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El caso es que casi no hacía falta ni abrir los ojos para saber que era su casa, solo con el olor era suficiente. Su hogar los identificaba por completo. Y creo que por eso se sentían tan a gusto en ella, al igual que los que la visitábamos.
Y he ahí el gran truco. En ARAD tenemos muy claro lo importante que es que tu casa cuente tu historia. De ahí que nuestro objetivo sea contar historias a través de los espacios. Se trata de llegar a cualquier lugar y sentir que es de esa persona.
Es cierto que cada vez pasamos menos tiempo en casa, aunque 2020 nos ha obligado a regresar. Pero cuando estamos en nuestro hogar no hay forma de sentirte pleno si no te identificas con él. ¿Para qué quieres una televisión en el salón si no la ves? ¿Por qué no colocas más espejos si eres un presumido empedernido? ¿Para qué tanta decoración ocupando espacio si no tienes tiempo para limpiar (además de que no te gusta nada)? Y oye, que si disfrutas tanto leyendo, igual has de plantearte crear tu rinconcito de lectura, que te lo mereces.
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Son infinidad de detalles que no solemos tener en cuenta cuando creamos nuestros espacios. Y ese es el trabajo del interiorista. Cuando se empieza un proyecto, el mayor trabajo y desafío que tenemos en el estudio es conocer a nuestro cliente. Conocerlo bien, todo lo que podamos, porque eso nos dará las pistas para ofrecerle las soluciones que necesita. Necesitamos conocer su historia y, así, trasladarla a su espacio vital. De esa manera cuando llegue a casa, sentirá que está exactamente en el lugar al que quería volver: a su hogar.